A veces y sólo a veces, nos damos cuenta de que lo más importante siempre ha estado ahí, a nuestro lado, delante de nuestras narices, y entonces comprendemos que lo más importante son las pequeñas cosas, aquellas que nunca valoramos pero que nos hacen felices, que nos dan los mejores momentos, que nos ayudan a comprendernos a nosotros mismos, a amar más la vida. Bebe cada sorbo de agua como si fuera el último, respira cada soplo de aire como si no quedara más, ríe por lo bello de la vida, y sueña con lo inimaginable. Así, y sólo así, comprenderás que hay un universo de pequeñas cosas
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