El universo como una esfera eterna me envuelve, no sé hasta que punto ha pasado el tiempo, ni siquiera puedo percibir si ha habido algún cambio en mi físico... Pero aquí estoy, en medio de la nada sin ninguna razón aparente para estar aquí, pero con toda la certeza y la intuición de que necesito y tengo que estar en este lugar. No sé por qué, ni cómo, ni cuándo, ni en qué momento... pero estoy aquí. Los árboles nublan mi cabeza y a penas pasa un pequeño rayo de sol por una ramita insignificante, por uno de los fractales que forman este inmenso árbol. ¿Qué hago aquí?, tengo la sensación de que espero a alguien, pero... ¿A quién?, ¿dónde está ese alguien? ¿Por qué tengo la sensación de que esto es algo muy importante, de que no estoy aquí por casualidad, de que esta espera es vital?... Solo sé que una fuerza invisible dentro de mí, me retiene aquí, sumiendo en una eterna ensoñación a mis miembros que se niegan a moverse.
Sigo esperando, clavada en este banco, balanceándome, canturreando una canción estúpida que ni siquiera recuerdo porque está en mi cabeza, pero que se me antoja vivida en un momento crucial, doloroso y hermoso a la vez, sin que mi mente quiera recordar.
Algo me dice que despierte, que nada de esto es real, pero yo sigo negándome, la espera me domina, no quiero despertarme, quiero seguir aquí, esperando, esperando y esperando... Más yo prosigo soñando, pobre incurable sonámbula que no sabe distinguir la vigilia del sueño...
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