Hoy... Hoy como todos los días. Hoy... Hoy como todos los días te recuerdo. Miro tu foto y te extraño, veo los paisajes de mi Andalucía y me recuerdan a tu tierra en Castilla. El aroma que me embriaga y me envuelve es tu dulce perfume. Todo lo que veo es tu cálida sonrisa. El profundo mar Andaluz me recuerda a tu mirada suave y hermosa. Las blancas nubes que adornan hoy el cielo me recuerdan, querida Leonor, a tu pálida piel. ¿Cómo estará José María? ¿Te lleva flores mi amor? ¿Te acompaña? ¿Te cuenta como estoy yo? ¿Y los campos de mi Castilla, estarán floreciendo con la primavera?
¡Ay Leonor! que solo, desde tu pérdida, me encuentro. Que desdichado aquél, que no puede tenerte entre sus brazos, besarte, amarte, desearte, adorarte, pensarte, sentirte, despertar contigo todos los días, a tu lado... Leonor, cuántas cosas te dije sin pensar, cuántas cosas pensé y no te dije, cuántas palabras de amor dichas, y cuántas sin decir... Y miro el lluvioso paisaje que se dibuja en mi ventana, veo las gotas de agua recorrer el cristal de la venta, cuan suave brisa acaricia las hojas de los árboles de mi Castilla, tú Castilla, nuestra Castilla. Recuerdo los versos de mi buen amigo Salinas. ¿Dónde hallarte ahora buen amigo? ¡Qué alegría más alta vivir en los pronombres! Yo y Tú, igual a Nosotros. Pero a mí me faltas tú, Leonor, sin ti me encuentro triste, sólo...
Y me pregunto, ¿Te sientes sola allá en tu tierra, mi amada? Me obsesiona la idea de que tu tumba no tenga flores, de que no sientas el grato olor de las margaritas, de que las que se hallen contigo estén marchitas... Pero ¿dónde estás Leonor? ¿Por qué no estás a mi lado, por qué te apartaron de mi lado?¿Por qué tu jovial sonrisa dejó de alegrar a este viejo caminante? ¿Por qué no nos dejaron recorrer nuestro camino, el que se hace el andar, por qué no podemos pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar?
Amada, perdona que no esté contigo, pero es que todo me recuerda tanto a ti... que me siento morir. Mi amor, ¿Y si le digo que cuide de ti?, ¿y si le digo que te lleve flores?... José María, mi buen amigo, tu buen amigo, nuestro buen amigo. ¿Tendrán ruiseñores las riveras?
Tomo el papel y la pluma, pero las palabras que acompañan a este viejo poeta, tus palabras, no quieren salir. ¡Qué difícil se me hace hablar de ti!
Tic, tac, tic tac... Reloj acusador, dibujante del paso del tiempo...
Cloc, cloc, cloc... Agua encharcada, me recuerda tu marcha...
Tu foto a mi lado... Nostalgia del pasado.
Olor a incienso... cerrado y sacristía.
La lluviosa tarde... Reflejo de mis sentimientos.
La pluma dibuja mis palabras, mi querido amigo, cuéntame.
Mi querido amigo acuérdate de ella, dile cuanto la quise, cuanto la quiero.
Mi querido amigo, ahora con la primavera, llévale los amores de este pobre loco, llévale mi lamento y mi alegría. Sube al Espino y llévale lo que la pluma de este viejo ha creado en su nombre y a la deriva...
Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entre las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra...
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