Cada hombre tiene un tesoro que lo está esperando
-Paulho Coelho-

sábado, 26 de febrero de 2011

Mito de Orfeo y Eurídice

Orfeo, hijo de Apolo y Calíope, musa de la poesía épica y la elocuencia, poseía el don de la música y la poesía. Perdidamente enamorado de la ninfa Eurídice se casó con ella. Vivieron felizmente hasta que un día, el más terrible, Eurídice fue mordida por una serpiente venenosa y murió. Orfeo desconsolado y llorando amargamente la muerte de su esposa, tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente, que todas las ninfas y dioses lloraron y le aconsejaron que descendiera al inframundo. 
Su música, ablandó el corazón de los demonios, e hizo llorar a los tormentos,
ablandó también el corazón de Hades y Perséfone, los cuales permitieron a Eurídice retornar con él a la tierra; pero sólo bajo la condición de que caminaría  delante de ella, y que no miraría hacia atrás, hasta que ambos hubieran alcanzado el mundo superior y los rayos de sol bañasen a Eurídice. A pesar de sus ansias, Orfeo no volvió la vista atrás en ningún momento, incluso si pasaban por algún peligro o demonio el seguía adelante sin mirar atrás. Cuando los primeros rayos del sol dañaron la vista de Orfeo, el miedo recorrió todo su cuerpo y un sin fin de preguntas azotaban su mente: ¿Estará bien?, y... y ¿si le ha pasado algo?, ¿Volveré a verla?... Corrompido por la desesperación Orfeo volvió la cabeza para verla,pero ella todavía no había sido completamente bañada por el sol, todavía tenía un pie en el camino al inframundo: Eurídice se desvaneció en el aire, y ahora para siempre. Ya no volvería a verla, ya no sentiría su aliento dulce aliento rozando con el suyo, todo lo que habían vivido se desvanecía. Todo quedaría en un simple recuerdo, porque Eurídice se había desvanecido como la ceniza en el aire, y esta vez ya no podría recuperarla...
Quizá sea el castigo más duro impuesto a una persona, perder a lo que más quieres en el mundo sin poder ya recuperarlo jamás, por eso cuida a las personas que te quieren, no les hagas daño, y no olvides que están ahí junto a ti... si no... puede que los pierdas como en el mito y quizá no puedas hacer nada para recuperarlos.

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