Cada hombre tiene un tesoro que lo está esperando
-Paulho Coelho-

lunes, 31 de diciembre de 2012

MMXIII y las palabras que volarán

Sin apenas darme cuenta se acaba 2012, parece mentira que vaya a empezar otro año... pues sí, con Mayas o sin ellos empieza el 2013.
¿Qué decir de este año que se va? Sinceramente ha sido muy productivo y precioso. En 2012 dejé mi querido instituto, me gradué, y empecé mi carrera, hace tan solo tres meses. 2012 ha sido un año de alegría, llantos, risas, enfados, altibajos, felicidad... En 2012 vio la luz mi novela El Secreto de Proserpina... en definitiva, echaré de menos a 2012, pero recibiré a ese número trece con mucho amor y ganas de volver a empezar otra nueva etapa de mi vida. ¿Qué me deparará? No lo sé, pero me dejaré llevar por el viento apoyada en la fuerza de las olas. ¿Que si tengo proyectos? ¡Por supuesto! Sueños deseando ser cumplidos, proyectos literarios que ansían con toda su alma ver la luz... y sobre todo ganas de que todo mejore para todo el mundo. Esperanzas de un futuro infinito y maravilloso, deseos de que a todos los que quiero y a los que me quedan por querer les vaya este año mejor que nunca. Y para despedirme de 2012 dejo aquí la antología de relatos navideños en la que he tenido el orgullo de participar junto a otra gran escritora jerezana Sandra.C.Gallegos. Pequeños relatos en los que personas con inquietudes literarias intentamos hacer de este mundo un lugar mejor y en los que ponemos toda nuestra alma y corazón. Esta maravillosa idea de Marie April nació en su blog Kiss a Book. Me despido de 2012 con la antología de relatos Susurros de Invierno y deseosa de oír los latidos de primavera.
¡VALE MMXII!, ¡BENE VENTUNT SIT MMXIII!


jueves, 20 de diciembre de 2012

Natividad y Epifanía

¡Qué de tiempo hacía que no escribía en mi querido blog!, pero es que la vida de universitaria, aparte de encantarme, me absorbe hasta lo inimaginable. Pero he querido aprovechar estas festividades que ya están aquí. El olor de los pestiños recién hechos embriaga las calles, las luces del alumbrado se confunden con los destellos de las estrellas que cubren el cielo de Jerez, los turrones son lo primero en nuestra lista de la compra... ¡Ha llegado la navidad!
Personalmente, es una de las celebraciones que más me gustan, tiene algo especial, algo que se escapa de lo acostumbrado... no sé, a pesar de estos tiempos tan difíciles, parece que todo se cubre de un inusual aroma de paz y alegría... seré yo, o será lo que simboliza esta fecha. Sin embargo, como siempre, todo se ensombrece. El ser humano, por alguna extraña razón (demasiado incoherente para mí) tiende a llevarse todo lo... llamémoslo "espiritual" a un terreno de locura e irracionalidad. Todo lo que tiene la más mínima connotación cultural tiende a ser desmembrado hasta lo absurdo y llevado al terreno comercial. Y sí, pasa con todo, necesitamos materializar lo que sentimos, demostrar (con objetos banales) que queremos a alguien, que nos alegramos de que alguien esté bien, o de que, en este caso, entendemos el verdadero significado de la navidad. Suena a la típica película de un señor ejecutivo metido en su trabajo, que solo piensa en sí mismo, y que habla por teléfono desde su coche lujoso con un acreedor, mientras le va dictando a su secretaria una lista enorme de regalos. De repente Papá Noel, o alguien relacionado con él, pone a alguien o algo en su vida para que comprenda que la navidad no significa regalar, regalar y gastar. Es eso, parece estar sacado de la típica película americana que ponen todos los años por estas fechas en Antena 3 los domingos, no obstante, lo más triste de todo, es que es verdad. Solo que no hace falta irse a las calles más hermosas de los Ángeles, Nueva York o Chicago, ni buscar a un ejecutivo trajeado para ver esto. podemos salir a la calle y veremos centros comerciales repletos de personas, anuncios por doquier de juguetes que todos los niños y niñas desean tener... ¿Dónde está el mensaje de paz y armonía que se transmite en estas fechas?, ¿qué necesidad hay de buscar los mejores regalos para los reyes?, ¿por qué resumimos el nacimiento de una persona inteligente y de gran fondo humano en una especie de fecha más para justificar el desmadre?
Siempre me he preguntado por qué a las personas les cuesta tanto llevar una vida repleta de amor que les llene de paz, sé que suena utópico, pero muchos de los grandes pensadores, comenzaron por crear una utopía, y no sé si nos hemos dado cuenta, pero estamos festejando el nacimiento de una persona que precisamente defendió una utopía con amor, ternura y paz... y eso... lo llevó, tristemente, a la muerte. Creo que lo he dicho muchas veces pero para mí el amor, los sentimientos que puedes llegar a sentir por una persona, ese amor tan grande, es la mayor prueba de la existencia de Dios (1Jn 4, 16: Ho Theòs agàpe estín, “Dios es amor”), si todos llegáramos amar de esa forma tan plena y sin pedir nada a cambio, encontraríamos esa espiritualidad (San Agustín: Dilige et quod vis, fac, “Ama y haz lo que quieras”). El amor es el camino, ayudar a las personas, vivir en paz, respetarnos, tolerarnos, compartir nuestras ideas, tener más puntos de vista... No lo puedo evitar, soy utópica, del grupo de mi gran amigo Tomás Moro, pero considero que esta utopía es más real de lo que pensamos, y está más cerca de lo que nos imaginamos. Un hombre fue capaz de amar, perdonar, vivir en paz, y morir por sus ideales creyendo en Dios, ¿Y si Dios está más cerca de lo que pensamos? ¿Y si la palabra de Cristo era una metáfora que se encuentra en nuestro interior y solo hay que aprender a usarla? ¿Y si nos estamos equivocando en el sentido que le estamos dando a esta festividad? Cambiamos lo espiritual por lo material, sin pensarlo, sin meditarlo... y vaciamos de contenido a lo que, verdaderamente, tiene un sentido maravilloso. Esa es la pena. 
Quizá estos tiempos difíciles, nos ayuden a darnos cuenta de muchas cosas, a pensar que podríamos hacer un mundo mejor. Se dice que por el miedo que provocaba la noche a nuestros antepasados, la angustia de la oscuridad, el ser humano necesitó la oración, los himnos y los ritos para poder sentir que algo o alguien les protegía desde los cielos, y puede  que todo empezara por ese miedo, la necesidad de que hubiera algo que les guiara en un camino de negrura... no lo sé, pero este año, me gustaría empezar mi carta a los reyes de esta manera.

Queridos Reyes Magos:
Os pido que repartáis paz y amor por todo el mundo, que ayudéis a todas las personas que necesitan sentirse arropadas, que llevéis alegría a aquellos que necesitan el valor de una sonrisa para volver a ser felices. Que cubráis de fantasías, sueños y luz los caminos de aquellos que se encuentran perdidos en un agujero negro. Y que protejáis a todas las personas que quiero, y a las que me quedan por querer.

Corta y simple, no pido más, este año, esos serán mis grandes regalos. Pero qué puede decir una adolescente de 18 años que exprese el verdadero significado de la navidad, o qué datos históricos puede dar un simple proyecto de filóloga clásica como yo, mejor les dejo con un experto en latinajos, mundos clásicos y civilizaciones no tan perdidas, porque estoy segura de que todo lo que yo he intentado, a mí manera, transmitir en esta humilde entrada, él sabrá demostrar con más elocuencia que yo: De magos, mulas y bueyes, un artículo de mi maestro Francisco Antonio García Romero, espero que les guste. 
Con este maravilloso documento, pongo el broche final a esta entrada y les deseo a todos/as:

FELICEM NAVITATEM DIEM ET PROSPERUM ANNUM NOVUM



miércoles, 14 de noviembre de 2012

Se vende...

Un alma sin usar se vende
yo rindo mis ejércitos de plomo,
yo quemo mis navíos en tu vientre amueblado de dolor...


sábado, 10 de noviembre de 2012

Arts amatoria veritiae...











Ille mi par esse deo uidetur,
ille, si fas est, superare diuos,

qui sedens aduersus identidem te
spectat et audit
dulce ridentem, misero quod omnis
eripit sensus mihi: nam simul te,
Lesbia, aspexi, nihil est super mi
     * * * * * * * *
lingua sed torpet, tenuis sub artus
flamma demanat, sonitu suopte
tintinant aures gemina, teguntur
lumina nocte.
otium, Catulle, tibi molestum est:
otio exsultas nimiumque gestis:
otium et reges prius et beatas
perdidit urbes.


sábado, 20 de octubre de 2012

La sombra del viento

Cuando la brisa te susurre los secretos de los amaneceres, y los enigmas del atardecer, solo entonces te darás cuenta de que has podido ver alejarse... la sombra del viento entre los dedos de tu juventud...

sábado, 22 de septiembre de 2012

El canto de una sirena

Cuando oyó lo que ella tuvo que decirle huyó... corrió todo lo lejos que pudo, haciendo que su universo se volviera efímero, pequeño. Se dirigió a la playa, sabía que existía realmente, que la había visto con sus propios ojos. No era un producto de su mente, era real, más real de lo que nadie pudiera imaginarse, sintió su canto la noche de luna llena, y la vio con tal claridad que hasta sus propias manos le parecían una quimera. Subió a lo alto del faro, donde la vio por ver primera. Esperaba a un espectro de la noche, mientras lo juzgaban y lo llamaban loco. De repente surgió con las olas del mar, alta, esbelta, bella, hermosa... surgió como el susurro del viento al atardecer, como los primeros rayos del crepúsculo, como una bocanada de aire en un cuerpo casi inerte... y allí se quedó prendado de su canto, intentando retener aquel segundo en el que la luna y el sol se unían en el silencio de la noche. Su voz penetró una vez más en su corazón, porque, a pesar de ser una imagen fabulosa la amaba, se había enamorado de ella, de un reflejo, de una visión marina. Saltó al vació, intentado atraparla haciéndose parte del abrazo de las olas, pues, ¿quien se resistiría al canto de una sirena?...

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Concierto para cuarteto de cuerda, y el recuerdo de Beethoven, bajo los preludios de Bach

Hace unos días que estoy inmersa en la lectura apasionante de un libro verdaderamente maravilloso, lleno de humanidad, amor, desesperación, locura, felicidad... El Solista del prestigioso columnista estadounidense Steve López. Es una historia real, vivida en la propia piel del autor.
Steve es un columnista del periódico Los Ángeles Times, se inspira en las cosas cotidianas, del día a día, para dar forma a sus columnas y escritos con los que va desde las denuncias sociales, políticas... hasta los aspectos más simples de la vida. En uno de sus paseos en busca de historias que contar, se encuentra con Nathaniel Ayers, un hombre de mediana edad, negro, vagabundo, que toca un violín de solo dos cuerdas bajo la estatua del gran Beethoven. Esta imagen impresiona a López que, sin saber muy bien cómo, pasa de escribir unas columnas sobre este portento de hombre, a intentar ayudarlo a salir adelante.
Nathaniel no es solo un vagabundo, fue un chico que consiguió plaza en el prestigioso conservatorio The Juilliard School (enlace para obtener información de esta escuela), tocaba el violonchelo y aprendió por su cuenta a tocar el violín y otros instrumentos más... resumiendo, un auténtico genio. Sin embargo su genialidad dio paso a una grave esquizofrenia que le obligó a irse de Juilliard, desde entonces, y desde que su madre murió, vivió en la calle, en la más absoluta pobreza, con la única posesión de un viejo carro de la compra donde guardaba el violín, de dos cuerdas que compró en una tienda de música, cuando accedió al conservatorio. Steve intenta por todos los medios convencerlo para que entre en un centro y pueda acceder a comida, alojamiento, tratamiento... pero él se niega completamente, diciendo que si Beethoven está en la calle, en forma de estatua y preside un parque de los Ángeles, le hará compañía.
Juntos ven el ensayo de una orquesta, gracias a sus columnas Nathaniel recibe un violín y un chelo nuevos, como donativo de un empresario.
No obstante todos los intentos de Steve por lograrle un techo y medicación son inútiles porque él se niega. Y me pregunto, ¿por qué se niega?, ¿está tan loco como para no darse cuenta de que necesita ayuda?, ¿es consciente de lo que le pasa? Pues bien, en los raudales de su locura, y el agitado océano de su mente plagado de olas que desestabilizan su cabeza, sí, es perfectamente consciente de que tiene una deficiencia mental, y de que, por supuesto, necesita ayuda. Cada vez que abre la boca no es más que para decir cosas absurdas, comienza por desacreditar a la policía y el alcalde de los ángeles, y acaba bendiciendo a la esposa de Walt Disney por donar millones de dolares para la construcción de Walt Disney Concert Hall, una sala de conciertos del centro de los Ángeles. Pero en él solo existen dos preocupaciones, la música y su reciente amigo, Steve López.
A pesar de su enfermedad, su mente es una caja fuerte llena de secretos y recuerdos, llena de música, de historia, de partituras... es capaz de recordar las seis Suites para chelo de Bach, miles de pentagramas, con complicadísimos glissandos, cambios de tempo, semicorcheas... de una obra que dura, exactamente, dos horas, diez minutos y veinte y nueve segundos.
Se sumerge en el sonido del chelo, del violín, cuando está flotando en un universo construido solo de notas musicales, claves de fa, y hermosos conciertos, desaparece la esquizofrenia. Cierra los ojos, entrega su alma a Beethoven, y pone su corazón en cada nota que desprenden las cuerdas de su instrumento. Cuando termina de tocar, el mismo Steve, reconoce que es otro, está relajado y se puede hablar con él con total normalidad. Me vuelvo a preguntar, ¿eso es locura?, ¿puede la esquizofrenia crear fantasmas y visiones en su mente, y no eliminar ningún pentagrama, ni el más insignificante silencio?, ¿es Nathaniel un loco, o una mente tan maravillosa que es imposible que se adapte al mundo en el que vivimos?, ¿era Beethoven también un loco?, según dijo un alumno suyo, no, no estaba loco, solo era demasiado inteligente y especial para este mundo. ¿Es Nathaniel un caso así?
La verdad es que esta historia me ha impresionado bastante, por otro lado, yo soy muy fácil de impresionar, simplemente aquello que no conozco y me resulta tan maravilloso como complicado, ya capta toda mi atención. Cuando pienso que quizás este talentoso vagabundo es una persona dentro de una mente demasiado maravillosa, me vienen a la cabeza miles de grandes sabios, estudiosos, y artistas de todas las épocas. Volviendo a Beethoven, se dice que siempre tuvo un carácter complicado, la sordera fue ya la gota que colmó el vaso, porque solo la música calmaba su agitada mente, y cuando dejó de oírla se encerró completamente en sí mismo. Bach, otro de los grandes, se quedó ciego y tras una operación sin éxito murió de apoplejía... Podría continuar, pero no se trata de mostrar la mala suerte que tienen las mentes prodigiosas, se trata de resaltar ese rasgo que las hace prodigiosas, se trata de intentar comprender si Nathaniel era un loco, o simplemente su mente no funcionaba como tal porque no estaba preparado para su entorno.
Muchas veces me cuestiono a mí misma por qué a todos estos genios se les ha colgado la locura de un cartel en la frente. ¿Era un loco Sócrates por decir que un daimon le explicaba la diferencia entre el Bien y el Mal?, ¿verdaderamente Platón creía que existía la Caverna?... Precisamente esa caverna es la que nos hace no ser conscientes de las pequeñas cosas, de valorar simplemente lo que nos ofrece "la caja tonta" sin pensar que, tal vez, sea más importante observar lo que nos rodea que la última "gran hazaña" de Belén Esteban... quizás estas mentes maravillosas sean las que se fijen en las pequeñas cosas y den solución y respuesta a todo un universo plagado de preguntas. Tal vez sean las mentes especiales las que, con esas cosas insignificantes, den todo un sentido a su vida. Quizá dentro de la locura, Nathaniel halle el consuelo en la música, y sea ese firmamento de melodías y cadencias lo que lo haga formar parte de un mundo que, tal vez, este mucho más loco que él. Puede que esta entrada parezca una tontería, pero lo que Steve consiguió con Nathaniel... es mucho más grande de lo que parece, pues consiguió que lo quisiera y lo adorara como a un hermano, sin cambiar su portentosa forma de ser, López descubrió la madurez, sensibilidad y amor que este guardaba en su interior...

"Cuando no se puede corregir algo, lo mejor es saberlo sufrir"
Séneca


Esta historia de superación y aprendizaje fue llevada al cine por  Joe Wright y protagonizada por Jamie Foxx y Robert Downey, Jr



Embriagada...

Como una copa de vino, imaginando tu regreso y huyendo de tu ausencia... como mi amor...

lunes, 10 de septiembre de 2012

Butterfly

Volar como una mariposa, llena de gracia y de alegría, empapar el cielo con el reflejo de mis colores, ser la que pose sus alas en la flor de tu joven primavera. Y seguir volando sin temer a que el invierno congele tu aliento incidiendo sobre el mío...

sábado, 8 de septiembre de 2012

Miedo...

¿A qué?, ¿qué es el miedo realmente?, ¿una respuesta biológica o psíquica hacia lo desconocido? Todos sentimos miedo alguna vez, a lo que no conocemos... muchas veces ese temor nos bloquea, nos hace caer en un abismo de irracionalidad absoluta, incluso nos hace odiar y sentirnos abatidos con nosotros mismos... pero no, yo no quiero sentir miedo, es algo casi inevitable, pero no quiero sentirlo... quiero ser como una flor que se cae al agua y que la marea me lleve, aunque tenga que soportar ventiscas y tempestades, pero ahora, más que nunca me siento viva... ¿cómo deshacernos de ese miedo?... Hablando... aunque me quede sin voz... no pienso dejar que las olas me hundan, y si me hunden, saldré a flote. Tengo ganas de empezar esta nueva etapa, con sus ventiscas y sus días iluminados por el sol más radiante que haya visto nunca jamás...



Habla, no te quedes sin voz...


jueves, 23 de agosto de 2012

Entre un océano de palabras...

Siempre he creído que todo en esta vida puede hacerse con amor. Y es que, aunque suene a canción Hippie de los años sesenta, no hay nada como el cariño que se les tiene a las personas para mover este mundo loco nuestro del que ya, Groucho Marx enunció aquella celebre frase que yo, a ratos, cuando me harto de ver las noticias, comparto:
¡Paren el mundo que me bajo!
Parece difícil, y ahora más, que nadamos en aguas de fuerte marejada, dejar que sea nuestra cabeza, guiada por nuestro corazón la que actúe. Vivimos estresados, corriendo de aquí para allá, contaminando, peleando, aguantando un bombardeo masivo de noticias que se suceden en la tele y que no hacen nada más que sepultarte y llenarte la cabeza de miles de imágenes, que sinceramente, nos nublan el sentido. 
Al ser humano le cuesta mucho hacer las cosas con amor usando la razón. Quizá, una vez más las antiguas civilizaciones lo tuvieran más claro que nosotros. ¿Alguna vez nos hemos parado a analizar la palabra y verbo recordar?, ¿no?, pues yo tampoco. Como siempre, me lo han tenido que decir para que yo lo piense, y una vez más quede maravillada.
Recordar proviene del latín cor, cordis que significa corazón. Por tanto, etimológicamente, recordar quiere decir que vuelve a nuestro corazón. Y pensándolo bien, cuando recordamos no solo hacemos que nuestra mente viaje en el tiempo, proyectando, imágenes del pasado, sino que esas imágenes despiertan diferentes emociones en nuestro interior. Podemos recordar un momento determinado de nuestras vidas que nos produzca felicidad, tristeza... podemos recordar a ciertas personas y sentir un inmenso afecto hacia ellas... siempre sentimos que todo regresa a nuestro corazón.
Pero hoy día, no existe la tranquilidad suficiente para recordar y analizar estas emociones.
Ayer observaba unas fotos de las flores de loto, y pensaba, la tranquilidad y paz que me transmitían, tan hermosas flotando en el agua, sin ningún tipo de preocupación aparente... lo más curioso es que esta flor tan bonita emerge, nace del fondo de las aguas, del barro, para salir a la superficie y adoptar ese estado de paz y tranquilidad. Es precisamente esta imagen la que se adopta como una metáfora y hace que esta flor simbolice la resurrección. Cada pétalo que se abre simboliza el crecimiento espiritual del ser humano. Esta imagen la adoptaron las religiones orientales y muchos de los dioses de estas culturas son representados sentados en un trono de flor de loto.
Tengo la esperanza de que todo momento difícil debe pasar, de que, como decía la canción, después de la tormenta siempre llega la calma. A veces nos parece que todos nuestro problemas, familiares, sociales, personales, globales... no van a acabar nunca, sin embargo, muchas veces el que acabe o se prolongue, depende de nosotros. En estos casos me gusta ser algo "orteguiana" y creer ciertamente que somos seres históricos, que debemos aprender de las generaciones anteriores para no cometer viejos errores.
Pero ¿quién sabe ciertamente lo que nos depara el futuro? Nadie puede saberlo a ciencia cierta, pero quizá deberíamos ser como una flor de loto, intentar calmar nuestra propia tormenta interior, hacer que las aguas vuelvan a su cauce y comenzar a flotar, a resurgir del barro y a mirarlo todo con otros ojos. A observar la vida y aprender de ella, a forjar un camino que nos lleve a nuestras metas personales... a Ítaca. Y sobre todo a actuar meditando las acciones que vamos a realizar cada día, a usar más nuestro corazón en el momento, no solo de recordar, sino también, haciendo caso a las etimologías, de comprendernos un poco más, de ser ''acordes'', es decir, (accordare, nuevamente del cor -cordis latino) unir nuestros corazones. Y podríamos seguir con más latinajos si analizáramos palabras como concordia, discordia, cordial... todas ellas con raíz en el "corazón"
¡Veis como el mundo clásico no se andaba con rodeos! Parémonos a pensar de vez en cuando, nunca viene mal.
Una vez más la cultura clásica me hace ver con más claridad que la respuesta a nuestros problemas, tanto a nivel individual como colectivo, la tenemos nosotros mismos en nuestro lenguaje. Las palabras son la mejor forma de descubrirnos a nosotros mismo, su historia, sus raíces, son las nuestras propias. Con ellas Martin Luther King tuvo un sueño, Gandhi predicaba la paz, Jesucristo era capaz de transmitir su mensaje de amor y paz que perduraría a lo largo de los siglos...
Hace unos días, al cumplir mis dieciocho años en este mes tan caluroso, me pregunté que significaba tener la "ansiada" mayoría de edad, no podía limitarse solo a comprar alcohol legalmente o a entrar en discotecas, tenía que haber algo más. Quizá los dieciocho, ese pequeño paso que nos lleva de la adolescencia a una etapa algo más madura, sea el principio para, aprovechando el paso por la universidad, dedicarse a aprender y descubrir un poco más todos los tesoros que nos rodean y nos condicionan como seres humanos
Meditaciones de Marco Aurelio:
Al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones previas:
me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable. Todo eso les acontece por ignorancia de los bienes y de los males. Pero yo, que he observado que la naturaleza del bien es lo bello, y que la del mal es lo vergonzoso, y que la naturaleza del pecador mismo es pariente de la mía, porque participa, no de la misma sangre de la misma semilla, sino de la inteligencia y de una porción de la divinidad, no puedo recibir daño alguno de ellos, pues ninguno me cubrirá de vergüenza; ni puedo enfadarme con mi pariente ni odiarle, Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies y las manos, los párpados, las hileras de dientes superiores e inferiores. Obrar pues como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación y repulsa. 





viernes, 3 de agosto de 2012

Pedacitos de ti...

Girarme, girarte, mirarte, mirarme, pensarme, pensarte... y darme cuanta de que estoy hecha de pedacitos de ti...



De tu voz, de tu andar, 
de cada despertar, 
del reír, del caminar, 
de los susurros de abril, 
del sentir, del despertar, 
aunque la noche fue gris, 
del saber que estoy hecho 
de pedacitos de ti. 

lunes, 30 de julio de 2012

Poeta sin poema

El amor es tan efímero como una mirada, una sonrisa, o quizá una caricia... Dibujar, con tu dedo, un mapa de tu corazón sobre su espalda y vibrar con un solo beso. Nada parece tan frágil como un instante, mientras el compás de las respiraciones acompasadas intenta escapar el vertiginoso ritmo del tiempo. Sin embargo entre canciones, poemas y fragmentos de amor... uno se pierde entre los acordes, la rima y la tinta del poeta que sucumbe ante el encanto del ambiente febril de los amantes y quién sabe, si por la pura inercia, el papel se vuelve gélido, esperando el primer acorde, verso o frase que inunde su pálido gesto... 


martes, 26 de junio de 2012

Virgilio, Eneida

Con el frío de la muerte desátanse sus miembros, y con hosco gemir huye la vida perdiéndose indignada entre las sombras...

lunes, 25 de junio de 2012

Ilusión

Memoriza lo que puedas, pues si algo queda grabado en tu cabeza como en tu piel el paso por la vida, jamás podrán quitarte aquello que tantos años te ha costado guardar, como un pequeño tesoro, en tu mente. Mientras haya conocimiento habrá libertad, y mientras haya ilusión habrá esperanza.... 


viernes, 22 de junio de 2012

Una dulce historia de mariposas y libélulas

Aún recuerdo la primera vez que vi al actor Sidney Poitier en una de sus películas. Adivina quién viene esta noche, sí esa era la película. Un hombre muy atractivo a mi parecer, pero un actor que hacía grandes películas.
Ayer, en ese nuevo espacio televisivo de Televisión Española (uno de los pocos que verdaderamente merecen la pena), quisieron hacerme un regalito por haber finalizado la selectividad y pusieron Rebelión en las Aulas. Yo, ya había visto esta película más de una vez, ya había visto ese bonito comienzo en el que Lulú nos deleitaba cantando su precioso To Sir With Love, a la vez que Sidney Poitier, en el papel del profesor Mark Thackeray, caminaba alegremente de camino a un instituto sin saber lo que le esperaba. 
Pues sí, las cosas de la vida, un hombre que no quería ser profesor sino ingeniero, acaba en un instituto impartiendo clases a unos chavales que tienen el mismo interés por aprender, que un gato por echarse al agua, es decir, ninguno. Ciertamente no sé qué parte de este largometraje me gusta más, no sé qué parte es la más significativa. Tal vez lo más importante sea el hecho de lo que algunas personas están dispuestas a hacer por el bien de los demás, o lo que puedes llegar a conseguir tratando a las personas desde el respeto y el cariño. No lo sé muy bien, sin embargo, ayer veía esta película con mucho interés, y se me plantearon algunas cuestiones. 
En más de una escena, alguno de los alumnos y alumnas del profesor Thackeray hace alguna barbaridad actuando con un pasotismo aplastante, y noté que perdía los nervios, porque si alguno llega a ser mi hijo o mi hija iba a llevarse una buena bofetada, es más, si yo hubiera estado en el lugar de Sidney, lo habría hecho. Y, llegados a este punto, es cuando me hice la pregunta del millón, ¿llegaré a ser una buena profesora, o perderé los nervios cuando un alumno actúe como si no fuera una persona? La pegunta que me hice fue tan profunda que, sin querer dejé de prestar atención a la película y regresé al Martes 12 de Junio, 5:00 de la mañana:
No paraba de mirar la lámpara de mi cuarto, di una vuelta y me recosté sobre el lado izquierdo de mi cama, teniendo una vista perfecta del Poster que tengo en la pared sobre la antigua Roma. Lo primero que pensé fue que el busto de Julio César tenía una curiosa entrada producto de su acusada calvicie, y recordé aquello que hemos hablado más de una vez en clase, sobre que el gran estratego, se peinaba siempre echando su pelo para delante y así poder disimularla un poco. No pude evitar soltar una sonrisilla. 
Me volví a recostar sobre el lado derecho y pude tener una gran perspectiva sobre mi estantería. Estaban mis libros, mi foto de graduación, mis diccionarios, algunos muñequitos que decoran el mueble... Sí, sin duda una bonita perspectiva... ¡Dios, Perspectiva! Volví a tumbarme mirando hacia el techo y pensé: Por favor que no caiga Ortega en el examen de Selectividad. 
Esa era la causa, eso era lo que a las 5:00 de la mañana no me dejaba dormir: La Señora Selectividad. Estaba nerviosa, muy nerviosa, y de repente me encontré hablando conmigo misma: Pero ¿qué te pasa?, ¿por qué estas nerviosa?, ¿has estudiado, no?, venga no pasa nada son solo unos exámenes. Y yo que creía que después de lo de las Olimpiadas no me iba a poner nerviosa... Venga cierra los ojos y a dormir. 
No, no sería en aquella noche, cuando cerraba los ojos los diversos temas de las diversas materias colapsaban mi mente repitiéndose una y otra vez. Estaba muy bien eso de que a las 5:00 de la mañana estuviera despierta teniendo una jornada de exámenes que empezaba a las 8:30 de la mañana y no acababa hasta las 14:30. 
De una forma u otra, pasó el tiempo y llegó la hora de levantarse. Pero claro, poco después llegó la hora de estar en la universidad haciendo los exámenes, y andando por aquellos pasillos me pregunté:
-¿Qué hago aquí?

-Te presentas a unos exámenes que te garantizarán tu futuro como universitaria -mi mente se tomó el lujo de responder.

Tragué saliva 

-Estás asustada, ¿se puede saber por qué estás tan asustada? -preguntó una voz interior.

-Y yo que sé, ¿y si resulta que no estoy hecha para la universidad? Se me antoja demasiado grande. ¿Y si no estoy preparada para estudiar Filología clásica ni ningún otro tipo de Filología? ¿Y si me doy cuenta de que no sirvo para esto? 

El día transcurrió con estas preguntas rondando mi cabeza y mi voz interior no se atrevía, o no quería responder. 
Si digo la verdad, no volví a prestar atención a estas preguntas, pues ocupé el resto del Martes y todo el Miércoles a estudiar para los últimos exámenes del Jueves: Latín y griego. 
El Jueves llegó, ya no me sentía tan nerviosa como el Martes. Mi yo interior repasaba mentalmente los temas de literatura latina, preparándose para el examen de latín, el primero de la jornada. Puse en práctica aquello que mi profesor me había dicho unos días antes: Recuerda tres frases y sobre eso se puede hacer un examen como me pasó a mi con mis exámenes de filosofía, el día de selectividad. Y eso hice, resumí los temas en tres frases, los esquematicé en mi mente.
Entramos en la clase, me senté, miré a Rocío sentada a mi derecha, y miré a Carmen sentada a mi izquierda. Empezaba el examen. Comencé a resolver el ejercicio de traducción, bien, bien... vamos bien... bien... No, la última frase... tenía que formarse un atasco en la última frase. Empecé a analizar: Verbo, nominativo, acusativo, ablativo... ¿pero si son ablativos, por qué solo me sale la traducción como si fueran genitivos? Mi voz interior habló:

-Venga, déjalo, pasa a la siguiente pregunta, total es solo una frase. Déjalo así mismo. 

-Noooooooooo, hay que hacerlo bien, yo sé lo que quiere decir, solo le tengo que buscar el sentido. Mira, si conseguí traducir (después de miles de hecatombes) aquella última frase de Salustio medio decentemente, esta de César no se me va a resistir, así que silencio, y déjame trabajar. 

Conseguí poner algo con sentido, se acercaba apróximadamente a lo que quería decir. Hice la sintaxis, la etimología y por fin la literatura. Comencé hablando de la historia de la Oratoria, y sobre eso desarrollé el tema. Lo que voy a narrar a continuación, o mejor dicho, las sensaciones que experimenté en el examen de latín y que voy a intentar poner por escrito son totalmente ciertas, tan ciertas que pongo la mano en el fuego si es preciso. 
Desarrollando el tema de literatura, me sentí muy bien, muy cómoda, las ideas se venían a mi mente, pude casi visualizar un foro romano, en el que Catón y Escipión exponían sus preocupaciones sobre los valores romanos, Galba teatralizaba el asunto, mientras que los hermanos Graco defendían a capa y espada las opiniones del pueblo. Pude visualizar la necesidad que tenía el pueblo romano por escuchar a sus gobernantes cuando la República estaba emitiendo su último canto de cisne, vi a Cicerón con cara de pocos amigos intuyendo las visiones imperialistas que se concentraban en César, e incluso pude ver como la muerte a manos de unos mercenarios lo pillaba por sorpresa... no fue menos la visión de Quintiliano intentado que la retórica volviera a ser del pueblo y no se concentrara en las escuelas. No sé cómo explicar lo bien que me sentía haciendo el examen de latín, me gustaba desarrollar la literatura, me gustaba romperme la cabeza intentando que la frase de los doce y dieciocho pies de altura tuvieran algún sentido. Pero... esa sensación ya la experimenté antes, sí, en las olimpiadas, entré como un flan (como un verdadero flan) a la clase, y en cuanto tuve la hoja del examen delante, misteriosamente, desaparecieron todos mis nervios. Quizá no era el mejor examen que había hecho, pero me metí tanto en la traducción, en la literatura y en la etimología, que me daban exactamente igual los resultados, salí contenta, sonriendo, con un borrador en sucio de lo que había hecho para enseñarle a mi profesor la traducción, y aunque me dijo que había varios fallos y que no era exactamente así (palabras amables para no decirme que me había hecho un auténtico lío) no me supuso ningún problema, yo seguía tan feliz, la experiencia era lo que contaba, y puedo asegurar que fue realmente maravillosa. 
Salí del examen, y como no podía esperar, como yo quería saber si lo había hecho bien, aproveché y le pregunté a un profesor que conocía, las dudas. No fue una respuesta mala, todo lo contrario. Me reuní con mis compañeros y fuimos a desayunar. Mi voz interior volvió a hablar:

-¿Has visto eso?

-El qué -respondí. 

-Tu reacción en el examen.

-No.

-Pues deberías haberlo notado, ¿qué digo?, lo has notado, pero tienes que recordarlo. Fíjate después en el examen de griego. 

Mis compañeros y yo nos pusimos a repasar mientras esperábamos a que empezara el examen. Y empezó. Esta vez puse más atención, y... me volvió a pasar, me trasladé a Grecia, fui partícipe de los conflictos entre la aristocracia, vi a Solón procurando que la hibrys no se apoderara del ser humano. Vi a Teognis, siempre desconfiado, defendiendo a su clase social. Pude sentir la ira de Arquíloco lanzando palabras punzantes a Licambes por haberle negado la mano de su hija en matrimonio. Puede casi ''tocar'' los versos de Safo y sentirme como ella al sentir el amor de aquella manera tan especial. Incluso, a pesar de que no nos llevamos demasiado bien, me gustó exponer el don divino de Píndaro, creo que hasta hicimos las paces. 
Cuando llegué a mi casa, venía muy cansada, me puse a mirar el examen de griego y presté atención a la Antonlogía, y sentí unas ganas irrefrenables de saber lo que podía, cogí el diccionario (que aún seguía en mi bolso) y me puse a traducir. Cuando terminé mi voz interior dijo:

-¡Ves! lo has vuelto a hacer. ¿No lo has visto? Dios, no has podido ni siquiera comer, y después ponerte a traducirlo, has tenido que hacerlo ahora. ¿Y de verdad tienes dudas y miedo? 

Entonces pensé, tenía miedo a estar en un lugar nuevo, quizá podía tener miedo al fracaso y al no saber cómo enfrentar la universidad, cómo comportarme, cómo moverme... pero no podía tener miedo a hacer lo que me gustaba, no, y jamás había sentido miedo al hacer lo que me gusta, simplemente, me había asustado lo demás, lo que es imposible es que, en cierta manera, no te afecte. Tuve miedo en las Olimpiadas, sí, pero por pensar que no estaba preparada para enfrentarme a eso, o por sentir que todo lo que había hecho hasta aquel momento no había valido la pena, sin embargo, tengo que reconocer, que el observar que podía reconocer una oración de relativo, o una de infinitivo... me confirmó a mi misma que todo había servido y de mucho. 
Así que mi voz interior y yo conseguimos dar respuestas a unas preguntas: 
¿Qué hago aquí? Aprobar la Selectividad para poder ir a la universidad. 
¿y si resulta que no estoy hecha para la universidad? Sí lo estoy, todo el que quiere lo está.
¿Y si no estoy preparada para estudiar Filología clásica ni ningún otro tipo de Filología? Pues mira, soy una loca, apasionada, friki, enamorada, amante... y todo aquello que se quiera decir de las palabras, y me gustan más los libros que... bueno, lo voy a decir, me gustan más los libros que escuchar a Shakira, mi cantante favorita. 
¿Y si me doy cuenta de que no sirvo para esto? Todo el mundo sirve para hacer lo que le gusta, si pone empeño y tesón en ello, la frustración es fruto del miedo (Vale, no es mío, lo aprendí leyendo un libro de Jorge Bucay, pero lo importante es que queda aprendido) 
Sí, estaba deseando ir a la universidad, a pesar de los cambios que eso pueda conllevar, para aprender y convertirme en una buena filóloga clásica.

Volví a la película, Sidney, ya se había ganado el cariño de sus alumnos (¿tanto tiempo he estado pensando?). Y llegó la escena final, aquella en la que los chicos le dan un maravilloso regalo a su profesor y todo el mundo llora. Y como todo el mundo llora, pues yo lloré también. Pero yo no lloraba por la película en sí. Aquella escena me hizo recordar de nuevo, y me trasladé al Viernes 1 Junio, aproximadamente a las 20:00, se estaba celebrando la graduación de 2º de Bachillerato, y mientras todos se encontraban en el patio tomando unos aperitivos y charlando, mis compañeros y yo estábamos en el Departamento de latín y griego con nuestro profesor, dándole una sorpresa. Precisamente no le cantamos una canción como en la película, pero le estábamos leyendo la introducción de un relato, el relato ''instantáneo'' como yo lo llamo, porque tuvo que ser escrito en dos días y una tarde. Todos y todas estábamos muy emocionados y yo, como no, estaba llorando como una Magdalena. No me quería ir del instituto, no me quería despedir de mi profesor, no quería pensar que a lo mejor no volvería a ver a algunos de mis compañeros... Y anoche, viendo Rebelión en las aulas, seguía, y sigo, sin querer irme del instituto, sin querer despedirme de mi profesor, y sin querer pensar que a lo mejor no volvería a ver a algunos de mis compañeros. 
Pero son cosas que tienen que pasar, la vida sigue, y como ya se decía, hay que seguir desembarcando en las diversas Ítacas que están en nuestro camino. Afortunadamente sé que algunas personas, me seguirán acompañando de una manera u otra. 
Entonces, sin querer, pensando en el mucho cariño que se le puede llegar a tomar a un profesor, respondí a mi última pregunta:
¿Llegaré a ser una buena profesora, o perderé los nervios cuando un alumno actúe como si no fuera una persona? 
La verdadera esencia de un profesor o profesora reside, a mi entender, en la capacidad que tenga para hacer que sus alumnos aprendan algo, algo de la vida, algo de cómo saber comportarse, o algo de cultura... o lo que sea. El cariño que se le puede llegar a tomar a un profesor o profesora es inmenso, a más de uno o una se le considera como si fueran nuestros padres o nuestras madres, y creo que a ellos y ellas les pasa lo mismo, ya lo decía Quintiliano:

Sumat igitur ante omnia parentis erga discipulos suos animum: “Antes que nada, el maestro debe asumir los sentimientos de un padre o de una madre hacia sus alumnos”. 

Es verdaderamente algo normal, si quieres enseñar a alguien, qué mejor forma que hacerlo desde el cariño, intentar educarlo como lo harías con tu propio hijo. Por eso me parece oportuno pensar que los profesores no deben desistir en esta tarea, las cosas se ponen difíciles y cada vez más, no me quiero ni imaginar lo frustante que tiene que ser intentar enseñar algo y sentir que se le está hablando a una pared, sin embargo, no es así, todos los alumnos y alumnas aprenden de sus profesores, en mayor o menor media, pero aprenden. 
El pensar que puedo contribuir a que esta sociedad mejore de alguna manera, enseñando las sabias palabras de nuestros antepasado y haciendo, seguramente, acopio de fuerzas para no decaer, me hizo caer en la cuenta de que esa era la razón por la que siempre he querido ser profesora, el poder intentar hacer que una persona piense por si misma, el hacer que todos nos entendamos utilizando las palabras (que como yo siempre, siempre, siempre digo, ¡Bendito instrumento del ser humano!) sin necesidad de tomar un arma (que como decía Lorca: ''tan pequeña y corta el cuerpo de un hombre que es un toro'') y cortar las alas de otras personas. 
Somo seres humanos y nos identifica la racionalidad y el habla, motivo de sobra para intentar, desde el cariño de un maestro, que lleguemos a entendernos entre todos, y utilizando las palabras, precisamente, de un Maestro: 

''Maestros y alumnos, oficios muy peculiares, más bien, sellos de por vida, que se solapan a veces y siempre se complementan, porque, al fin y al cabo, “los seres humanos, mientras enseñan, aprenden”, en la sabia sentencia de nuestro Séneca (Cartas morales a Lucilio VII 8).''
Aquí lo dejo, con la promesa de que intentaré ser una buena profesora, como mejor pueda, y que ahora, en esta nueva etapa que comienza me formaré, para, precisamente, lograr dejar de ser un Proyecto de Filóloga Clásica. 
The time has come
for closing books 
and long last looks must end
and as i leave i know that i am leaving my best friend
a friend who taught me right from wrong
and weak from strong that's a lot to learn
what can i give you in return
if you wanted the moon
i would try to make a start but i
would rather you let give my heart
to sir with love


martes, 19 de junio de 2012

¿insomnio?

El joven se acercaba hacia ella. La chica procuraba darse pequeños pellizcos en las mejillas para que el color rosado las coloreara. 
Se iba acercando lentamente y su corazón protestaba por salir de su pecho, se desbocaba cuan caballo salvaje que lucha por su libertad. ¿Era esto el amor?, ¿era esto lo se sentía? Sus oídos zumbaban, su boca se secaba pidiendo agua a gritos, y sus ojos parpadeaban sin descanso procurando no mirarle fijamente a los ojos.
¡Controla tus emociones!, le dijeron, una señorita no debe mostrar sus sentimientos, haz que nada te perturbe. 
Parecía fácil decirlo, pero ante el amor el cuerpo actuaba por puro instinto, dándole una cura de humildad a la razón. 
Estaban el uno frente al otro. Las manos de él, rozaron las mejillas de ella. La chica sonrió. Se besaron, sin más, no había nada pretencioso en aquel beso, solo amor. 

-Te quiero, nada nos separará nunca -dijo él, separando sus labios de la dulce boca de ella.

Verónica se despertó, había sido un sueño. 
No, no, no, no había sido un sueño, ella había vivido eso, y sin embargo la chica no tenía su aspecto, pero lo había vivido, no era un sueño, ¡era un recuerdo! 
Aquel chico ya se había paseado en alguna otra ocasión por las imágenes que desbordaban su cabeza mientras dormía. Y lo había visto, él había sido importante para ella, muy importante, pero... ¿cuándo?, ¿quién era aquel chico por el que tantos sentimientos albergaba?.... 

miércoles, 13 de junio de 2012

Donde reside el recuerdo

Veronica estaba sentada en el parque. Aquella mañana era muy soleada, de las más soleadas que había visto nunca. Lo árboles, frondosos, ponían sus ramas y sus hojas al servicio de los transeúntes que se sentaban a descansar en los bancos. Aún así, los traviesos rayos del sol penetraban entre las hojas intentando burlar la barrera que formaban las ramas de los árboles.
Los pajarillos cantaban hermosas melodías que hacían que los lectores ávidos que, reposaban en el césped, se quedaran dormidos tapando sus caras con las hojas de los libros.
Sí, la paz que se respiraba en aquel lugar era tranquilizadora. Las parejas pasaban cogidas de las manos mientras, de vez en cuando, interrumpían su marcha para abrazarse y besarse... ¿ Verónica había hecho eso alguna vez?...
Algunos corrían al ritmo que la música de su mp3 les marcaba.
El grupo de animadoras del instituto practicaban sus bailes deleitándose con la música de Katy Perry, y sin embargo allí seguía Verónica. Sentada en un banco sola, mientras observaba todo lo que a su al rededor pasaba. Estaba allí desde hacía exactamente... tres horas, y ni siquiera sabía qué la retenía, podía levantarse e irse tranquilamente de aquel parque al que siempre volvía, pero algo le decía que tenía que quedarse.
Desde que era pequeña, siempre, hacía que su madre la llevara al parque, y allí se sentaba, en el mismo banco, a la misma hora, los mismos días del año, todas las semanas y todos los meses. Su madre había intentado todo tipo de estratagemas para que la niña cediera a volver a casa, pero esta se negaba. Alegaba que tenía que esperar a alguien pero no sabía a quién.
Y hoy, dieciséis años después, a sus veintidós años, volvía a estar sentada en aquel banco, sola, esperando algo, a alguien o qué sabía ella. Miles de imágenes que no eran suyas, que estaba segura de no haber vivido, pasaban por su mente sin ningún tipo de control, y volvía el recuerdo de aquella cara...
¿Por qué estaba allí?, quería irse, estaba harta, siempre igual... Sin embargo una fuerza invisible que atravesaba su corazón seguía deteniéndola en aquel parque, donde los gritos de los que allí murieron años atrás sonaban en la cabeza de Verónica como si aún siguieran en aquel mismo lugar...

lunes, 4 de junio de 2012

Catullus


V. Ad Lesbiam

VIVAMUS mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum seueriorum
omnes unius aestimemus assis!
soles occidere et redire possunt:
nobis cum semel occidit breuis lux,
nox est perpetua una dormienda.
da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum.
dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut ne quis malus inuidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum.

sábado, 2 de junio de 2012

Final

Cuando parece que no se acaba, finalmente llega a su límite, se termina, se da por concluida una etapa de tu vida, y sin embargo sientes que las personas a las que has conocido, jamás se irán de tu recuerdo... y ocurre como todo llenas tu corazón con el imborrable e inmortal pensamiento de cuánto llegas a querer a las personas, y lo que pueden significar para ti...

martes, 29 de mayo de 2012

La Vida es Bella

- Ah… me olvidaba decirte que…
- Dilo.
- … Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes ni imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie. Sobre todo a ti. Deberían torturarme para obligarme a decirlo.
- ¿A decir qué?
- Que quiero hacer el amor contigo. No una vez solo, sino cientos de veces. Pero a tí no te lo diré nunca. Solo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo, aquí, delante de tu casa, toda la vida.



martes, 22 de mayo de 2012

¡Disco, Didici!

Porque es cierto que lo importante de la vida son las pequeñas cosas, aquellas que pasan desapercibidas, incluso aquellas que te hacen pasar malos ratos momentáneos y después resultan ser lo más gratificante que te podía haber pasado. Ahora mismo la felicidad nubla mis sentidos, si ya estaba feliz por haberlo hecho, a pesar de los posibles resultados, ahora con unos tan buenos, me siento muy bien. 
¡Qué bonita experiencia! ahora mismo me siento como una niña pequeña a la que le han regalado el juguete más deseado...  Y es que de todo se aprende....

domingo, 20 de mayo de 2012

Sucedió...

Y en mis brazos de hoguera 
declinaron tus ojos;
y tu sombra y mi sombra, amor,
se adentraron en el mar


jueves, 17 de mayo de 2012

Vale!

Y parecía mentira, parecía que jamás se acercaría el final, que nunca íbamos a terminar aquellos pesados exámenes... Pero ya hemos acabado, ya finalizó... Ortega y Nietzsche nos han acompañado en este trimestre, pero siento decir que seguirán ellos, y todos los demás hasta la selectividad y quién sabe si, incluso, tras la selectividad... Hoy que hemos acabado, y que ya parece estar todo hecho, me siento a escribir esta entrada, que no solo pretende ser una despedida, sino que también quiere ser un resumen de mi paso personal por el instituto, de lo contenta que estoy de haberos conocido a todos y todas, de todo lo bonito que he vivido durante mis seis años de secundaria y bachillerato.

Recuerdo el primer día de instituto, estaba muy nerviosa, todos y todas me decían que ya no iba a ser igual, que era distinto, que todo era más duro, y que, seguramente, me empezaría a ir mal. Solo algunos me decían que ánimo, que seguro que todo estaría bien. Y la verdad es que comencé el primer curso con muchos nervios y mucho miedo. ¡Quién me iba a decir a mí que seis años después, tendría esta penita por irme, que iba a conocer a gente maravillosa, y me iba a reencontrar con otras personas a las que quiero un montón!
El primer día de clase, y sentada a mi derecha (me acuerdo como si fuera ayer) Rocío, a la que ya conocía de antes. De repente no me sentí tan sola. Poco a poco la amistad fue creciendo y ahora, por lo menos para mí, es una de mis mejores amigas.
Un día, en clase de francés un chica de pelo largo y castaño, sentada a mi lado, me dice:

-Perdona, ¿eres Alba?

-Sí

-¿No te acuerdas de mí?

-No.

-Soy Ceci, Cecilia, de la guardería.

Después de una pequeña conversación los recuerdos de mi infancia en la guardería, la Señorita Juani, el quesito de juguete que había en el patio, las hamacas donde echábamos la siesta, las fiestas en las que nos vestíamos de pastoras... Todo vino a mi mente.

En segundo Tere, ¿cómo fue Tere, te acuerdas? porque yo si que me acuerdo:

Primer día de Segundo de la E.S.O:

-Hola perdona -se acercó a mí con una timidez extrema- verás... es que... falté el primer día y... no tengo el horario. ¿Me lo podrías dejar?

-Claro, no te preocupes -respondí

Y esa primera respuesta ha bastado para 5 años de hermosa amistad.

Tercero de la E.S.O, Casto se convierte en nuestro tutor, y en la clase hay una chica que se sienta con Cecilia, no me habla mucho, y recuerdo que no era ''santo de mi devoción'' pero no sé por qué cuando la fui conociendo, me di cuenta de que una persona tan ''paulatina'' tenía que formar parte de mi círculo de amigas.

Ya en cuarto comenzamos a formar la familia de Humanidades. Carmen, Rocío, Paula, María José, Alicia, Laura, Sandra, Loreto... Algunos, (científicos conversos, véase José Miguel, Cecilia y Natalia) llegarían en Primero de Bachillerato.
Pero ya acabo de llegar a Segundo, el curso importante el definitivo, el que me ha servido, no sé si por eso de tener tantas horas seguidas con Paco en el Departamento, para conoceros mejor y quereros a todos más de los que ya os quería.
Sinceramente este curso ha sido maravilloso, lo he pasado mal con los exámenes, he estado al borde de un ataque de nervios, hemos tenido conflictos... sin embargo, a pesar de todo, ha sido maravilloso.
Comienzo por dar las gracias a Paula y Rocío, porque con vosotras he vivido los mejores momentos, he llorado, he reído, me he enfadado... Porque aquel retiro espiritual, la ''New Tendencia'', pasar las vacaciones en el campo, fue genial. Sí, nos fuimos de retiro espiritual, sin Internet... Pero no duramos ni un día jajajajajaa, le pedimos la contraseña a mi abuelo adoptivo y ¡Tachán! conectadas a tuenti, jajaja. Todo el día encerradas en una casita del campo, cantando con el Singstart, viendo ''pastelones románticos'' (qué guapo Richard Gere en Pretty Woman ¿Verdad? ), volviendo a soñar con películas Disney (Enredados, y Rapunzel con su estado bipolar), mojándonos con una manguera en bañador en medio del césped, y con largas conversaciones tristes, alegres, melancólicas, filosóficas, a la luz de un cielo plagado de estrellas y sin contaminación lumínica... Momentos realmente maravillosos. Y aunque algunas veces nos enfademos, o nos molestemos, sé que es normal, pues tenemos caracteres muy distintos y bastante fuertes. Gracias por todos esos momentos vividos a lo largo de todos estos años, seis años que se me han pasado volando. Por esas risas bajando la cuesta cuando venimos del colegio,  por todo, en general, lo vivido en estos bonitos años de amistad...

Tere, teresita mía, ¿qué voy a hacer yo sin esas charlitas entre clase y clase?, sin tu compañía y comprensión. Y sobre todo sin nuestras largas, largas, largas conversaciones telefónicas, en las que estudiamos a la vez que nos reímos de las tonterías, que se nos vienen a la cabeza, fruto de la presión escolar. O esas conversaciones en las que comienzas a contarme cosas sobre biología, química...:

Tere: Alba, ¿tú crees que puedo aplicar la teoría de no sé qué en este ejercicio de biología?

Alba: (se queda pensando si el nombre de la teoría proviene del latín) Pues no sé Tere, como no apliques la tercera declinación griega...

Tere: ¿Qué dices?

Nos miramos mutuamente y comenzamos a reírnos a carcajadas.
Tere, asúmelo, me fui a letras y ahí seguiré toda mi vida, elegí los latinajos y el mundillo clásico y tu elegiste el mundillo de los bichitos (eso engloba Biología, química...)
Por esos absurdos disparates que nos inventamos a veces, o cuando comenzamos a hablar sin sentido. Incluso, cuando Silvia está explicando a Ortega y dice que creó la Revista de Occidente y nos miramos mutuamente diciendo: ''Eso es del ensayo en la Generación del 27, lo hemos estudiado en lengua''. Incluso cuando nos reíamos de Dolores Encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñán Otavalo.
Gracias Tere, porque al igual que Rocío o Paula, has aguantado mis lágrimas en momentos difíciles, porque has compartido mis risas, y porque siempre has estado ahí cuando lo he necesitado. Por supuesto nuestras conversaciones telefónicas no tienen desperdicio, hablamos y hablamos, estudiamos, y seguimos hablando, nos preguntamos dudas, nos reímos... y entre Ortega, Los textos periodísticos y las pasivas inglesas y francesas, siempre nos queda tiempo para que Tere, sobre todo, diga ya, desesperada, alguna barbaridad producto de la locura de ciencias. Pongo dos ejemplos:
''Me gustaría ser bacteria para coger un trozo libre de ADN y obtener información'' (para memorizar mejor Biología)

''Me voy a volver un retrovirus y voy a infectar todas las células'' (Consumida por la locura jaja)

¡Grupito! os voy a echar de menos, ahora no voy a saber cuántos días quedan para feria desde Septiembre, porque si María José no está pendiente de eso, nadie lo hace con tanta precisión. Gracias por esas risas en clase, por esa unión que hemos forjado este año y por ese ''abrazo humanidades'' que nos dimos el otro día.
Josemi, cuando sea filóloga ya sabes, me tienes que llamar para vestir a los romanos que vas a hacer cuando te conviertas en un gran artista (aunque ya casi lo eres), gracias por pintarme la hojita de mi cuaderno de traducciones (Alba Fusion Power).
A todos y todas Sandra, Loreto, María José, Carmen, Desiré, Laura, Alicia, Josemi, Natalia (que tiene que resolver esas perdidas de cabeza que me suceden de vez en cuando):

Alba: Natalia, ¿cómo es esa palabra... Esa que se dice cuando explicas algo y quieres hacer la demostración?

Natalia: ¿Ejemplo?

Alba: ¡Sí, eso ejemplo.

Paula, Rocío, Cecilia, y... ¡venga hombre! lo voy a nombrar también, Carral, a ti también, me habéis regalado todos, y todas un curso estupendo, os voy a añorar mucho, y espero que todo os vaya bien siempre. Hemos pasado muy buenos momentos, y hemos reído muchísimo.

Ahora ¿quién va a contarnos esos chistes tan ''peculiares'', sobre niñas que tienen nombres de galletas, una tortuga, un hombre que se olvida del nombre de su mujer....? Porque esta entrada no podía pasar sin hacer mención a Paco, ya que con él y junto a él hemos pasado muchísimas horas en las que nos hemos reído muchísimo, y en las que, sea mencionado su load empresa, nos ha enseñado muchísimo sobre un mundo y una cultura, que si no me equivoco, ahora todos y todas valoramos más. Porque nos ha enseñado los secretos de las palabras. Decididamente será a otra de las personas que echaré muchísimo de menos, porque añoraré sus clases, sus chistes, sus anécdotas, su perfecta percepción del orden... Echaré de menos el Departamento que se ha convertido en nuestra ''segunda casa'', echaré de menos la estantería de la cual Paco saca los libros que obtienen respuesta a todas las preguntas. Los cuadros de Hipatia y Safo que decoran la pared con hermosas inscripciones. Por echar de menos, extrañaré hasta los mapas y posters que decoran las paredes. Es increíble el cariño que se le puede llegar a tomar a un lugar y a todas las personas que están en él.

No podía cerrar esta entrada sin despedirme de mi Dani, que está en ciencias pero tiene alma de humanidades. Dani, sigue escribiendo, y no lo dejes nunca, no te desanimes porque yo sé que puedes hacerlo, ya verás.

Echaré muchísimo de menos el instituto, a los profesores y profesoras que más quiero y que me han enseñado muchísimo, a mis amigos... A todos en general, gracias por estos años y por haberme echo crecer como persona, muchas gracias chicos /as!