Cada hombre tiene un tesoro que lo está esperando
-Paulho Coelho-

domingo, 30 de octubre de 2011

Cuando el viento da la vuelta

Las teorías son válidas, por supuesto. Las distintas concepciones del mundo, del ser, de lo que influye en los seres humanos, de lo que determina el comportamiento de estos... Todas esas teorías son igualmente válidas, pero, ¿es necesario buscar la razón última del beneficio propio que hayan los seres humanos? ¿Es necesario resumir todo en un simple egoísmo? ¿Tanta desconfianza tenemos en la raza humana? Ya me han llamado inmadura, infantil... Por decir esto, pero no me afecta, ni siquiera me ofende, todo lo contrario. Si es cierto, que reconozco que somos felices cuando hacemos felices a los demás. Nos sentimos mejor cuando ayudamos a los demás, e intentamos hacerlo a toda costa. Sin embargo no creo, y pongo la mano en el fuego, que esto sea egoísmo. Si nos preocupamos del significado etimológico de la palabra, egoísta es aquel que solo se preocupa de sí mismo, que antepone sus intereses a los de los demás, o como dice el diccionario de la RAE:

Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.


¿Dónde está el egoísmo en la amistad, por ejemplo? ¿A caso, muchas veces no antepones el bien de tu compañero/a al tuyo propio? ¿y eso es buscar tu propio interés? Es decir, si hago feliz a otro a pesar de perjudicarme a mí mismo, no estoy anteponiendo mis interese, no estoy buscando mi bien propio. Yo experimento una sensación de bienestar al lograr ayudar a la persona que quiero, y eso no es egoísmo, puesto que yo sufro unas consecuencias no muy agradables para mí. Y el interés personal queda reducido a nada.
Por otra parte, utilizar a tu amigo/a para lograr tus objetivos, buscar tu bien propio dejando a esa persona que confió en ti en la estacada, eso, es egoísmo.
Personalmente no creo que una persona busque su bien propio, es decir, egoísmo, yendo como voluntario/a a Somalia (por ejemplo) para ayudar a los demás solo porque se sienta bien y esa sensación sea egoísmo. Pues una persona valora mucho su pellejo, y a la vista está que si todos nos sintiéramos bien por ir a Somalia, el país no pasaría hambrunas constantes. Por lo cual el sentimiento de ayudar a los demás desinterasadamente existe, aunque no se crea.
Aún así, sé que no te lograré convencer, pues tus ideas son fijas, y buscas una justificación escrita. Yo te la he dado, y aún así sé que no te será suficiente. No creo que una madre sea capaz de dar la vida por egoísmo, creo eso sería amor. Y hay que entender que Thomas Hobbes vivió el abandono de su padre, y constantes guerras, así que enuncia todo lo malo que ha vivido. Sigo diciendo que jamás te convenceré, pero merece la pena intentarlo, como también sé que jamás lograrás convencerme a mí, porque... Me reservaré el por qué (aunque estés pensando que no hay un por qué, sí lo hay, demasiado profundo como para dejarlo por escrito) Pero, las cosas son las cosas. Bueno nena, cúrate, abrígate y mejórate... Te quiero enana :) 

miércoles, 12 de octubre de 2011

Cuando nadie me ve

Puedo ser o no ser, cuando nadie me ve, pongo el mundo al revés.
Cuando nadie me ve no me limita la piel.
Te escribo desde los centros de mi propia existencia
Donde nacen las ansias, la infinita esencia
Hay cosas muy tuyas que yo no comprendo
Y hay cosas tan mias, pero es que yo no las veo
Supongo que pienso que yo no las tengo
No entiendo mi vida, se encienden los versos
Que a oscuras te puedo, lo siento no acierto
No enciendas las luces que tengo desnudos,
El alma y el cuerpo...

lunes, 10 de octubre de 2011

Entre versos, sonetos y rimas de una canción de amor

La chica terminó de leer el poema, y cerró el libro enérgicamente, como si hubiera tenido una inspiración repentina, como si todo se redujera a lo que se le había pasado por la cabeza, mientras leía aquel poema. De repente sus piernas reprodujeron el impulso nervioso cuya orden no había sido designada por el cerebro, sino por su corazón. Su cerebro no tuvo tiempo para pensar, ahora no mandaba la razón, los sentidos llevaban el mando, y todo el mundo lógico se redujo a una mera observación empírica. Pero eso daba igual, su corazón había reemplazado a su cerebro y eso era lo más importante en aquel instante. Como llevada por una corriente tormentosa, llegó hacia el teléfono, lo descolgó, y marcó un número que sus dedos reconocían perfectamente, no dudo, sabía que ese era el número. El teléfono comenzó a dar señal y ella contuvo el aliento, respiraba con dificultad, teniendo miedo a que la señal fuera eterna y ninguna voz sonara más allá del teléfono.

La voz del contestador fue la única respuesta:

-Hola soy yo, ahora mismo no te puedo atender, deja tu mensaje y te llamaré en cuanto tenga tiempo. Muchas gracias, adiós...- la voz del chico era tal y como la recordaba.
-Ho...hola, soy yo, te llamaba para saber como estás... Estaba leyendo un poema, nuestro poema -hizo una pausa- y no pude evitar acordarme de ti, pero supongo que estás muy ocupado, así que te dejo. No hace falta que me llames si no quieres, sé que estás muy liado. Un beso, Te... 

Pero el tiempo del mensaje terminó antes de que ella pudiera acabar la frase. En ese momento maldijo el tiempo limitado de los mensajes en el contestador, pero se dio cuenta de que todo había cambiado, pero ella no sabía cuándo ni cómo. Ya nada era igual, y apenas se había percatado. 

El teléfono sonó por primera vez. Quiso que fuera él, pero era una posibilidad muy remota, tan remota que era casi imposible. Fue esa la razón por la que descolgó el teléfono sin mirar el número que aparecía en pantalla:

-Sí, ¿ dígame? -dijo de una forma automática.
-Dímelo tú, me acabas de llamar

Sintió una sensación de alegría tan indescriptible por toda la columna vertebral, que hasta sus labios se tornaron en una media sonrisa, una sonrisa arcaica sin premeditar. 

-Co... cómo estás -logró decir.
-Muy bien, pero te echo de menos.
-Y yo a ti... Creí que... ya nada era igual.  
-Tonterías que te montas en la cabeza, sigue todo igual que siempre. ¿Cómo puedes seguir pensando que va a cambiar?
-Porque soy estúpida.
-Yo también leo nuestro poema, es una formula para no extrañarte tanto. 
-Es el remedio para acortar la distancia y sentir que estamos cerca el uno del otro.

Se hizo el silencio.

-Prométeme una cosa -dijo el chico- que no vas a pensar que puedo olvidarte tan fácilmente.
Ella sonrió
-Lo prometo.
-Porque... ¿recuerdas nuestra promesa verdad?
-Sí
-Viviremos siempre juntos, amándonos y deseándonos entre versos, sonetos y rimas de una canción de amor

Ambas voces se unieron, para fundirse en una sola, y el amor denotó pasión, y el deseo se hizo el rey del ambiente, y la distancia se hizo un hilo que las tres parcas cortaron para que su existencia fueran solo un mero trámite geográfico.  

sábado, 8 de octubre de 2011

A veces te imagino...

Solamente por tocarte he llorado mil veces, solamente por tener un ratito de típero te imagino entonces y no puedo verte paseando y respirándote feliz...


miércoles, 5 de octubre de 2011

En busca de la felicidad

“Y fue en aquella ocasión en la que empecé a pensar en Thomas Jefferson escribiendo la Declaración de la Independencia, diciendo que todos tenemos derecho a vivir, a ser libres y a buscar la felicidad. Y pensé en cómo supo poner la palabra "buscar" ahí en medio, como si nadie realmente pudiera alcanzar la felicidad. Sólo podemos buscarla... Pero... No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo… Si tienes un sueño, debes conservarlo… Si quieres algo, sal a buscarlo. Y punto''