Cada hombre tiene un tesoro que lo está esperando
-Paulho Coelho-

domingo, 10 de febrero de 2013

Recuerdos caducos...

Miró sus manos, ¡qué cansadas estaban ya de trabajar! Si lo pensaba bien, había hecho grandes cosas en la vida. Cuando gozó de la cálida primavera que derrochaba la juventud, recordaba los largos paseos que daba con su padre por los campos de su ciudad. Siempre miraba con gran pasión cómo se llevaba a cabo la vendimia, ¡cuánto le gustaba el aroma del Jerez al pasar por la bodega! Con el tiempo se dio cuenta de que él quería ser como Gepetto y construir su propio pinocho con el que dejaría volar su imaginación hacia límites insospechados. Luego estaba el milagro de ser padre, ¡qué feliz había sido! Sin embargo ahora, en las últimas nieves de su senectud se preguntaba por qué sus pequeños tesoros, que habían sido escondidos en la caja fuerte de su mente, olvidaban hasta su propia combinación. Observaba su estudio mientras pensaba que dentro de algún tiempo, no sería capaz de reconocerlo. A pesar de todo no sentía miedo, porque en todos aquellos muñecos que talló con el amor más profundo, había dejado escondido un pequeño trozo de su alma. Regresaría al pasado en busca de su nunca jamás...  

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