Cada hombre tiene un tesoro que lo está esperando
-Paulho Coelho-

viernes, 1 de julio de 2011

Lo que he descubierto en mi retiro espiritual

Desde que soy muy pequeñita mis padres y, en general, gran parte de mi familia, siempre me han dicho y me han enseñado lo importante que es leer, lo importante que es tener una educación, lo importante del saber... Nos dedicamos a repetir como auntenticos papagayos eso de: Sí, leer es muy importante, te ayuda a viajar sin necesidad de llevar maleta, es tu compañero de viaje, te hará vivir grandes aventuras... Pero nunca profundizamos en esa descripción, nunca nos preocupamos de ir más allá del clásico es una maleta para viajar sin necesidad de salir de casa. En estas pequeñas vacaciones que he tomado en busca de la paz espiritual con dos grandes amigas, una noche muy calurosa en la que dormir no era precisamente una tarea fácil, se me ocurrió pensar esto. Mis amigas y yo titulamos a estas vacaciones retirada al campo, la New Tendencia, para buscar la paz espiritual, lo que tampoco fue muy fácil dado que somos unas enganchadas al ordenador (sólo hay que mirarme a mí, con sólo dos días para acabar con nuestras vacaciones, y escribiendo esto desde mi portátil) pero bueno lo importante es, que aprovechando la noche en el campo, donde la lejanía de la contaminación lumínica te permite disfrutar de todo el cosmos, decidimos emplear las palábras (mi pasatiempo favorito) para debatir grandes temas de conversación puramente filosóficos, yo creo que Sócrates debe estar bastante orgulloso de estas tres discipulas que, veinticuatro siglos después, siguen pensando al aire libre. Entre este intento de filosofar juntas, también hubo tiempo de filosofar en compañía de una misma. Como decía, en estas noches en las que dormir es una tarea arto difícil, se me antojó ir más allá de la gran frase y decidí buscar un nuevo sentido, así que recordé que acababa de leer una frase en el libro Come, Reza, Ama de Elizabeth Gilbert (muy recomendable, por cierto) que decía:
''No hay nada que no tenga explicación si uno tiene acceso a una buena biblioteca''
Esto me hizo pensar y entoncés lo descubrí, ¡Claro que se puede ir más allá de la Gran Frase, de hecho, se debe ir más allá de la Gran Frase!, está claro que un libro te transporta, por supuestísimo que sí, te hace vivir todo tipo de aventuras, también, hace que la mente de una persona se desarrolle al máximo y que la imaginación y la fantasía vuelen ayudando a crear nuevas historias. Pero, ¿Qué es lo que compone a esos libros? Los textos ¿Y qué es lo que compone a esos textos? Las frases ¿Y qué es lo que compone a esas frases? Las palabras. Lo comprendí todo, las palabras, no sólo hay que leer para vivir grandes aventuras y para que disfrutemos de todo lo dicho anteriormente, hay que leer para descubrir las palabras, ¿Y para que hay que descubrir las palabras? Para ser personas, para descubrir nuestra historia, para comunicarnos... para vivir. Tal vez no sea tanto la inteligencia la que nos haga ''animales superiores'' yo creo que lo que nos hace ser personas son las palábras, lloramos, a parte de usar las lágrimas, usando las palabras, nos enfadamos y gritamos usando las palabras, somos felices y para comunicarselo a los demás usamos las palábras. Las palabras tienen su propia historia, su propio estudio, la etimología, y a través de ella, descubrimos la nuestra. Fue entonces cuando me dio por pensar, y lo había estado hablando antes con mis compañeras, en cuales eran mis palabras favoritas, y me salieron un gran puñado, sin embargo, aunque parezcan una cursilada, pienso nombrarlas todas, o por lo menos, gran parte de ellas. Mis palabras favoritas son: Amor, Libertad, Alegría, Empatía (me parece maravilloso saber ponerte en el lugar de los demás), Paulatino (diminuto), Paz, Etimología, Filología (con sus dos posibles sentidos), Filosofía, Amanecer, Ternura... hay tantas palabras que me gustan... Y llegué a otra conclusión, lo siento, pero me declaro amante, apasionada, obsesa, e incluso fanática de las palabras. Es algo extraño, y muy friki (verdad Rocío jajaja), pero me da igual, es lo que siento, he conseguido leer los libros, y pararme a pensar en el significado etimologico de las palabras, bueno, eso realmente no lo he conseguido yo, se lo debo a otra persona. Hay varios libros que me han transmitido aun más amor por las palabras y la cultura que dio origenes a nuestras lenguas actuales, Come, Reza, Ama me está mostrando toda la historia romana que tiene Italia, por supuesto con punto de partida en Roma, me están entrando unas ganas de estudiar Italiano locas (Lo haré, es un nuevo objetivo, estudiaré Italiano). Historia de las palabras, un libro precioso que me compraré dentro de nada, me ha enseñado cosas maravillosas sobre las palabras y su etimología, y aunque ya me lo he leído tengo ansias de volver a leermelo. En esta situación sólo tengo que decir, que La seducción de las palabras va a ser la siguiente vícitima de mis ojos que deboran libros, y sólo espero que me fascine tanto como los otros, aunque viniendo recomendado por quien viene recomendado, no espero menos. No sé si algún día será una buena filóloga clásica como espero ser, pero si me consedero filóloga ahora, porque amo las palabras, y espero poder llegar a transmitir este gran amor algún día. Sólo decir que cada vez que leas un libro, viaja, disfruta, imagina, fantasea, adentrate en la aventura... pero sobre todo saborea todas y cada una de las palabras que dibujan ese texto, que inventan esa historia, que crean ese mundo en el que te estás adentrando. Y no sólo relexioné sobre esto, también descubrí que las palabras unen a las personas, no somos tan distintos como pensamos, la mayoría de las lenguas tienen un punto en común, así que no estamos tan separados, debería ser un principio de unión, ¿para qué separarnos por cuestiones de lugares, y colores de piel, si al fin y al cabo nos comunicamos de la misma manera, mediante las palabras?...
Dedico esta entrada a las dos personas que me han hecho pasar una búsqueda de la paz espiritual increible, y por ello me ha hecho darme cuenta, aun más evidentemente de que, sí quiero estudiar Filología clásica y no habrá nada ni nadie que me haga cambiar de idea, gracias por haberme hecho darme cuenta sin pretenderlo, Rocío y Paula, las artifices de lo que aprendí en mi retiro espiritual, os quiero muchísimo. Y gracias a otra persona que me ha hecho descubrir esto, digamos mejor, que me ha hecho aprender esto, me ha transmitido este mismo amor, y aumenta mi lista de libros a comprar sin cesar. Y gracias a mis padres, porque sin su educación, sin su gran educación, jamás hubiera descubierto este mundo, y me encanta, me encanta apreciar la cultura, los libros, la educación, y... las palabras...

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